Si creemos que está en nosotros mismos la solución para la felicidad, por supuesto terminaremos solos en esta búsqueda.
¿Por qué cuando éramos pequeños todo se magnificaba?
Como cuando te encontrabas una pequeña canica en el suelo, o una simple moneda de 20 cent. Quizá nos haga falta un poco más de esa inocencia pura, que nos removía con cosas simples. Aprender de ellos, dejarnos llevar por las emociones, y decir verdades como tales, en vez de ocultarlas por miedo, haz lo que te haga feliz, sentir, que te haga volar.
Y buscar esa chispa que nos haga notar remolinos y terremotos, volcanes en erupción, mariposas en el estómago, o más bien avispas asesinas mordiendo cada parte de tu cuerpo.
Que te tiemblen las piernas por todo, y a la vez por nada.
Que no sepas si vives o sueñas, eso es la felicidad.
Y buscar esa chispa que nos haga notar remolinos y terremotos, volcanes en erupción, mariposas en el estómago, o más bien avispas asesinas mordiendo cada parte de tu cuerpo.
Que te tiemblen las piernas por todo, y a la vez por nada.
Que no sepas si vives o sueñas, eso es la felicidad.