martes, 5 de julio de 2016

A la niña que fui.

Le miraba de reojo, y os juro que me quedaría todo el rato mirándole, y si la suerte está de mi lado, toda una vida. Apoyó su barbilla en su mano, ladeó su cabeza y se quedo fijamente mirándome, sabía cómo ponerme nerviosa. Seguí intentando no desviar la mirada de mi móvil, pero me resultaba complicado.
- Ya sé que soy guapa, pero al final me vas acabar desgastando. -le dije imitando su posición y mirándole fijamente también.
-¿Sabes que siempre has sido una creída?
- He aprendido de ti. -las tonterías que nos estábamos diciendo solo servía para no dar ni tú ni yo el primer paso para hablar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario