miércoles, 24 de agosto de 2016

Perdida en la esquina de tu mirada.

Y una lágrima asomó por mis ojos, buscando la libertad que necesito, perdiendo la conformidad de mi mirada, cansada de agobios, y pequeños pleitos que me hacen mal.Me encuentras.
Me miras.
Preguntas que quién soy, y yo levanto mi cabeza.
Descubres quién soy, y tardas un segundo en acercarte a mí, agacharte, y preguntarme qué me ocurre.

Vienes con alguien.
Me hubiera gustado que vinieses sin compañía, pero no lo has hecho.
Me pierdo entre la multitud y huyo como una tonta de aquello que

más quiero cerca de mí, entonces te preocupas.
Y eso me gusta.
Me gusta que te preocupes, adoro esa cara de preocupación.
Seguramente no sabes que cuando lo haces, arrugas la nariz, como yo.

miércoles, 10 de agosto de 2016

Tus puntos cardinales.

Noté como lentamente el tacto de tus labios me rozó, y me puso realmente nerviosa, que con un simple roce puedas hacer tanto me parece increíble.
Te buscaba en el fondo de aquel bar, y siempre te encontraba, mirándome claro.
Chocaba de golpe seco con tu sonrisa, aquella línea que lo curva todo sin darse cuenta.
Me hacia sentir muchas sensaciones.
Como aquel que camina admirando espaldas, cuando realmente la que quiere ver es la espalda de otra persona, y unir sus lunares, sus estrellas, su constelación, y girarme, aunque solo fuese para ver tu espalda, giraría hasta mi vida, para que tu norte y mi sur ya no se sientan solos.