miércoles, 24 de agosto de 2016

Perdida en la esquina de tu mirada.

Y una lágrima asomó por mis ojos, buscando la libertad que necesito, perdiendo la conformidad de mi mirada, cansada de agobios, y pequeños pleitos que me hacen mal.Me encuentras.
Me miras.
Preguntas que quién soy, y yo levanto mi cabeza.
Descubres quién soy, y tardas un segundo en acercarte a mí, agacharte, y preguntarme qué me ocurre.

Vienes con alguien.
Me hubiera gustado que vinieses sin compañía, pero no lo has hecho.
Me pierdo entre la multitud y huyo como una tonta de aquello que

más quiero cerca de mí, entonces te preocupas.
Y eso me gusta.
Me gusta que te preocupes, adoro esa cara de preocupación.
Seguramente no sabes que cuando lo haces, arrugas la nariz, como yo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario